Aún era adolescente, y en una cena de Nochebuena, mi prima Sonia me contaba que cuando terminábamos y cada uno se volvía a su casa, ella y su hermana, Vanesa, se ponían a ver "¡Qué bello es vivir!", todos los años, todas las noches de Nochebuena, la tenían grabada de la tele, en una vieja cinta de VHS, pero daba igual, todos los años la emitían en algún canal, no podía faltar... Llegué a casa, y decidí sumarme a la tradición, y desde entonces, no ha habido año que no la haya visto, con mi manta, mis kleenex, y las luces del árbol de Navidad de fondo...
George Bailey es una buena persona, de esas que apenas existen, sacrifica sus sueños, su vida, para apoyar a su familia, cuidarla, ayudar a sus amigos, a su ciudad, él nunca es la prioridad... un día sus problemas van a más, parece que no hay salida y tendrá que sucumbir y vender el negocio familiar al Sr. Potter. Bailey, hundido, decide ponerle fin a su vida, pero justo en el momento adecuado, se cruza con Clarence, un tipo un tanto extraño, Clarence le asegura ser un ángel a punto de ganarse sus alas, para hacerlo, deberá ayudar a George, y es lo que hace, le enseña como sería la vida de sus allegados si él no hubiera existido, al ver tal desastre, George recupera las fuerzas, los ánimos, y al hacerlo, recibe una gran sorpresa: su pueblo, sus amigos, su familia, todos... le ayudaran a salir del pozo.
Clásico navideño por excelencia, película llena de buenas intenciones, ternura, moralina, interpretada por un genial James Stewart, Dona Reed, Lionel Barrymore, etc. Frases míticas, momentos míticos, música, Bedford Falls, una maravillosa imagen en Blanco y Negro, y una impecable dirección de Frank Capra.
Seguiré viéndola año tras año... Feliz Navidad.
Mi puntuación: 10/10
FilmAffinity (8'2) Imdb (8'7) RottenTomatoes (8'9)
Globo de Oro al Mejor Director
Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos a la Mejor Película Extranjera
National Film Preservation Board Registry
No hay comentarios:
Publicar un comentario