lunes, 1 de diciembre de 2014

"El Intérprete" - Factoría Madre Constriktor


Mi puntuación:  6'5/10

Autor: Asier Etxeandia y Álvaro Tato
Director: Factoría Madre Constriktor
Reparto: Asier Etxeandía, Guillermo González, Tao Gutiérrez, Enrico Barbaro

Teatro Principal (Alicante)

Allá por 2001 coincidí con Asier en los cástings de "Un paso adelante", ambos nos presentábamos para el mismo papel, Beni, el mariquita con rastas. Obviamente, él se lo llevó, era lo mejorcito de la serie, y ahí empezó su carrera, sin grandes picos, pero muy correcta y continuada, destacando por sus incursiones en teatro ("Cabaret", "Barroco"), alguna aparición en cine ("13 rosas"), y siempre presente en la TV ("Herederos", "La Fuga"). 
Él es "El Intérprete" y "El Intérprete" es él. 
Un Teatro Principal lleno hasta la bandera para atender a la historia que Asier nos cuenta: desde su habitación, con 9 años, canta canciones de cara a la pared, para que el eco sea mayor... nosotros, somos sus amigos invisibles. Bonita y tierna propuesta, que pierde todo su sentido una vez comienza el espectáculo... Canciones, de distintos estilos, intérpretes y épocas, enlazadas con algún parlamento gracioso sin ningún por qué, sin un sentido, eso sí, interpretadas de manera magistral por un Asier que es un monstruo de la escena, que derrocha energía, calidad vocal, carisma, personalidad, talento, que se folla (Iiteralmente) el escenario. Yo pensaba que iba a ver un espectáculo de estructura similar a "Yo solo quiero bailar", el monólogo musical en el que Concha Velasco contaba su vida dirigida por Josep Mª Pou, pero claro, Asier no es Concha. El espectáculo, la historia en sí, no tiene suficiente interés, porque no existe, no es una gran dama del teatro, no tiene una gran trayectoria que contarnos. "El Intérprete" es un concierto, un concierto de un actor que no tiene repertorio, sino que ha escogido canciones que le gustan, que le marcaron, o que le recuerdan cosas... las ha batido todas con un poco de ironía, gestos sugerentes porque sí (demasiados) y bastante egocentrismo. 
Iluminación y escenografía correctas sin más, músicos en directo, el vozarrón de Asier, un público entregadísimo que se rió ante cada broma (algunas muy poco acertadas) o cada gesto guarrete que el Intérprete les regaló, y algunos momentos que me guardo (por ejemplo, "Luz de luna"), poco más... Las tres primeras canciones fueron para mi los tres mejores momentos, cuando todo parecía tener aún algo de sentido, luego ya desvaría y se pierde en su ego.
Mi problema: yo quería ver una obra de teatro, un espectáculo teatral, no un concierto dramatizado. Mea culpa.


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